La Asociación de Agencias de Viajes alerta sobre la competencia desleal de excursiones

La Asociación de Agencias de Viajes, integrada en la FOE, ha advertido sobre las consecuencias que padece el sector ante una práctica que va en aumento como es la organización de viajes, visitas o reservas de alojamientos por parte  particulares o colectivos, sin respaldo legal alguno, con el consiguiente riesgo que ello entraña para los que contratan esos servicios sin cobertura legal y, por tanto, sin posibilidad de cualquier reclamación ante un accidente u otras circunstancias. Para acabar con esta situación, se denunciarán los casos que se conozcan y se solicitará a la Administración tutelante que actúe convenientemente y conforme a la legalidad vigente.

La economía sumergida no tiene límites tal y como se pone de manifiesto con esta realidad descrita que vuelve a poner de relieve la impunidad con la que se mueven quienes la ejercen, particulares o Asociaciones Deportivas, de Vecinos, etc. que trabajan al margen de la ley, incumpliendo obligaciones de toda naturaleza: fiscales, laborales, prevención de riesgos, etc. Y es que está contrastado que los que  ofertan este tipo de servicios lo hacen sin cumplir con las normas a las que están sujetas las agencias de viajes legalmente establecidas, como por ejemplo, contar con un seguro obligatorio que cubra a los viajeros.

Estos últimos, por tanto, se advierte desde la Asociación, están totalmente desprotegidos ante cualquier incidencia que se pueda producir a lo largo del trayecto, no pudiendo reclamar ante un mal servicio o, lo que es más grave, ante un desgraciado accidente.

Ante estas circunstancias las medidas a adoptar por parte de la Asociación de Agencias de Viajes pasan por denunciar los casos que se conozcan, de otra parte fácilmente detectables  a los ojos de cualquiera que pasee por nuestras calles donde farolas y fachadas soportan carteles anunciadores de viajes, excursiones, etc. sin mayor control que el que ahora pretenden imponer las agencias de viajes que contribuyen religiosamente con sus impuestos mientras otros le hacen desde una competencia del todo desleal.