El liderazgo del siglo XXI

carmen muñoz marín

Carmen Muñoz Marín

‘Para ganar la primera vez hace falta talento. Para repetir hace falta carácter’, decía Wooden.

Para aquellos que buscan líderes en estos días, tarea harto difícil. Compromiso con uno mismo, compromiso con el entrenador y compromiso con el equipo, y un carácter marcado por el autocontrol, la paciencia, la humildad, la generosidad, la honestidad, la amabilidad, el respeto, la indulgencia y la ambición.

Lo que yo digo somos de la misma tribu, Jackson dice: ‘Somos geniales y ellos no’. Y carácter. Y el carácter no sale de la noche a la mañana. Hay que mirar hacia dentro. El camino interior. El único cambio verdadero viene del interior.

Según la filosofía China y la filosofía cristiana el carácter es la base del liderazgo. Como dijo Sócrates: «Conócete a ti mismo «.

El carácter es la base del liderazgo y no se forma de la noche a la mañana, sino quienes quieren ser líderes deben cultivar ciertas características. El líder debe integrar sus cualidades de liderazgo a su manera de vivir: “Nuestro trabajo es nuestro camino…”

El Agua me identifica porque fluye y en ese fluir va limpiando, refrescando, nutriendo libremente sin temores. Un líder tiene que perseguir la excelencia y encender el fuego en su gente para que también sin cesar busquen siempre la excelencia.

Buscar la excelencia en todo lo que se hace, ponerle mucha alma y mucha pasión. Tanto en lo profesional como en lo personal, dando corazón, mi motor promotor, viviendo la historia en primera persona.

 RESALTAR EL VALOR DE PERSEGUIR LA EXCELENCIA Y EL LIDERAZGO

La excelencia y la perfección son las dos palabras que mejor describen el significado del valor y los valores son los que forman el carácter y nos hacen únicos e irrepetibles. Con el compromiso diario con la ‘Excelencia’, así creamos ‘Valor’.

La mediocridad tratará de arrastrar la excelencia hasta su nivel, no rebajes lo bien que lo haces solo para que otros puedan estar a tu altura.

Entre todas las reflexiones sobre este ‘Valor’, me quedo con la de Aristóteles,  uno de mis preferidos de COU que recuerdo especialmente esta semana y cito: » Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito».

Hay 5 niveles en el liderazgo.

El primer nivel está compuesto por individuos de alta capacidad y talento; es decir, personas talentosas que no van más allá de su talento. El segundo está compuesto por miembros talentosos que contribuyen al grupo. El tercero es el de los gerentes competentes, quienes organizan al personal y lo encaminan hacia un objetivo determinado. El liderazgo nivel cuatro es el de los líderes eficientes, aquellos que obtienen un compromiso de sus seguidores y lo atan a una visión clara.

Y finalmente el liderazgo estilo cinco que, en efecto, es una curiosa mezcla de humildad y ambición. Al líder estilo cinco no le interesa adjudicarse el crédito, por eso es que es humilde. Sin embargo, sí es ambicioso en lo que respecta a la compañía, no a él mismo. Ama a su organización y quiere verla en la cima. Es ambicioso respecto al trabajo, no respecto a su persona.

El ego no estorba su ejercicio de liderazgo. No busca ser superestrella, sino que busca que la compañía sea la superestrella. Louis Gerstner en IBM, o Colman Mockler en Gillete, que eran líderes nivel cinco. Los Bulls pasaron del nivel 1 al 5.

Para todos aquellos que tienen la tarea de buscar líderes, pregúntate: ¿En qué momento está mi equipo? ¿Habéis pasado a somos geniales y ellos no?

Un líder inspira a otros a soñar más, aprender más, hacer más y a ser mejores, para ello fijémonos en los lobos, animales más cercanos a nosotros en su evolución.

Solamente llevamos un 1% de existencia como especie humana. El 99% del tiempo hemos sido animales. Somos aún animales. Los animales son nuestros hermanos y sin ellos no seríamos nunca humanos. La magnanimidad del lobo 21 y su indulgencia son cualidades de liderazgo que tendríamos que aprender.

El lobo 21 fue un animal irrepetible. “Si alguna vez hubo un lobo extraordinario fue 21. Parecía un personaje de ficción, pero era real”. Pertenece a la primera generación que nació en Yellowstone, este parque nacional del norte de Estados Unidos, después de que estos cánidos fuesen reintroducidos desde Canadá. Habían sido exterminados en la primera parte del siglo XX por los ganaderos, pero su ausencia provocó un exceso de población de ciervos y alces, que estaban arruinando toda la vegetación de uno de los espacios naturales más importantes del mundo. Más allá de su belleza, el lobo 21 tenía dos características únicas: nunca perdió una pelea y nunca mató a sus rivales después de ganar, a diferencia de lo que hacen generalmente los lobos cuando son retados por el control de la manada. Cuando jugaba con los cachorros, se dejaba ganar siempre. O, mejor dicho, fingía su derrota. El auto control que demostró fue siempre increíble.

En la jerarquía de una manada de lobos, los tres primeros lobos son los más débiles y enfermos, son los que gobiernan la caminata. Si fueran en el orden contrario se quedarían atrás y estarían perdidos. En el caso de una emboscada, son los primeros en poder escaparse, despejando el camino en la nieve y creando el sendero por donde los demás les seguirían.

Detrás de ellos hay cinco poderosos lobos que forman el frente fuerte, mientras que en el medio está la riqueza de la manada, 11 lobas fértiles y otros cinco lobos mas jóvenes forman la parte trasera. Y por último, casi aislada de la manada, está el/la líder que debe supervisar la manada, la controla directamente, para poder coordinar y dar las órdenes necesarias.

Esta es la forma que la evolución y el amor al grupo les dota de más capacidad de supervivencia.

LIDERES Y MAESTROS DE ORQUESTA

Finalmente permitidme hacer un paralelismo entre los líderes y los maestros de orquesta.

Me encantan los Maestros de Orquesta que no son más que líderes si me permitís la comparación.

Comparto con vosotros lo que debe ser un perfecto maestro de orquesta y que para mí está encarnado, en el momento actual, por Joshua Bell, al que he tenido oportunidad de ver en el Auditorio Nacional de Música y que me emocionó sobremanera. Es un clásico moderno, aunando a la perfección lo viejo y lo nuevo, dirige con su stradivarius “Maestro» de la Orquesta, Banda o Coro: dícese de aquella persona que llevará a cada músico a su plenitud con su instrumento o voz.

Leamos los siguientes aspectos. Qué hacen a un buen maestro?

-Amplios conocimientos musicales de historia, armonía, contrapunto, formas, orquestación, análisis, etc. Que nos permitan conocer la obra en su máxima perfección.

– Poseer un perfecto oído musical tanto interno como externo.

-Dominio de la psicología y de las técnicas de trabajo en grupo para «hacernos» con la Orquesta.

– Dominio de la habilidad técnica de Dirección que nos permita transmitir a la orquesta nuestra voluntad artística.

– Detectar y corregir errores técnicos e interpretativos.

-Capacidad de Comunicación.

-Personalidad Abierta.

-Carisma.

Entendemos la técnica de dirección como el Conjunto de Contenidos Conceptuales, Procedimentales, Actitudinales y Espirituales que nos posibilitan alcanzar los objetivos directoriales. NO SÓLO SON GESTOS, SINO TODO LO QUE NOS PERMITA ALCANZAR NUESTROS OBJETIVOS.

Muchas Escuelas de Dirección pueden explicar de forma teórica y científica cómo hacer las cosas; pero en la Técnica de Dirección, como en otras muchas actividades humanas, no siempre lo lógico y científico es lo que funciona y da resultado: la experiencia de un Maestro no teórico sino ejercitado en la práctica y en el ejercicio diario de su profesión será determinante en la formación del futuro Director, quien le explicará lo que sí funciona (Los Secretos del Maestro) y lo que no funciona (y es sólo teoría por muy convincente que ésta parezca).

Los primeros directores, si los podemos llamar así, se limitaban a marcar la pulsación dando golpes con la mano sobre el facistol. Más adelante lo hicieron golpeando con un bastón o una caña sobre el suelo, pero, como escuchar esos golpes era sumamente molesto, se optó por enrollar una hoja de papel y teniéndola asida por el centro, con simples balanceos se marcaba el tiempo. Más tarde estos procedimientos se sustituyeron por los brazos del director y para que éstos fueran más visibles ante las grandes masas orquestales, se prolongó uno de los brazos con la ayuda de la batuta.

Desde el nacimiento de la figura del director hasta hace unas pocas décadas la persona que desarrollaba la función de dirigir era uno de los componentes de la orquesta o grupo coral, casi nunca se acudía a músicos ajenos a ella. Hoy, en cambio, se elige a personas altamente cualificadas que se hacen cargo de las agrupaciones musicales durante un período de tiempo más o menos largo; a éstos los llamamos directores titulares, y para series de conciertos específicos se cuenta con la figura de los directores invitados.

Dado el elevadísimo coste monetario, de tiempo y de personal que implican los montajes de los diferentes conciertos o espectáculos musicales, hoy se necesitan directores que con una técnica depurada sean capaces de hacer funcionar a cualquier tipo de orquesta o coro empleando un reducidísimo número de ensayos. Esto también es aplicable a la enseñanza musical, un maestro con unas nociones básicas sobre la dirección musical tiene la posibilidad de conseguir buenos resultados sin emplear más tiempo y esfuerzo que el necesario, y sin necesidad de ampliar el número de ensayos.

FALSAS CREENCIAS SOBRE LOS DIRECTORES

-El Director debe dirigir siempre con gestos precisos.

– El Director debe dirigir siempre con gestos claros.

– El Director debe dar todas las entradas.

– El Director debe dirigir todos los compases.

-El Director debe dirigir siempre “a tempo”.

– Los músicos deben seguir siempre al Director.

– El Director debe dirigir siempre con Gestos Activos.

– La Música sale sólo con marcar todo claro y preciso.

– La Interpretación final debe estar establecida de manera apriorística.

– Todo hay que interpretarlo “según el estilo y la tradición”.

– No existen Leyes Universales de la Música que puedan ser aplicables a cualquier obra.

– Sólo es necesario mi presencia “Mágica” para que brote la música por doquier.

Nota: ¿Alguna persona razonable puede creer que un Director es mejor que otro por marcar mejor los compases y dar mejor las entradas?: NO SON GUARDIAS DE TRÁFICO. Ahora a reflexionar en el líder que queremos ser, qué tenemos, qué nos falta.

CARMEN MUÑOZ MARIN

CEO Guidetrad Consulting

1 comentario en El liderazgo del siglo XXI

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