El jueves hemos visto otra operación, llamada ‘Soterrada’, de las fuerzas de seguridad del estado, en este caso de la Guardia Civil, contra el narcotráfico que intenta instalarse con estructura organizativa mafiosa en la provincia de Huelva. Baste ver los numerosos pueblos (Huelva capital, Aljaraque, Almonte y El Rocío, Gibraleón, San Juan del Puerto, Rociana del Condado, Villablanca y Lepe.) en los que se han producido registros y detenciones; prácticamente todo el frente litoral y la propia capital con una marisma del Odiel que puede ser un coladero ideal y resguardado para estas actividades.
Que los narcos estaban en Huelva ya lo sabíamos. Hemos visto sus cochazos circular por nuestra calles en manos de gente joven y negocios que se abren y cierran con facilidad, todos ellos con flujo de billetes difícil de controlar. Y estábamos preocupados porque los gobernantes actuales y los alcaldes de estos pueblos -que saben muy bien lo que se mueve por sus calles- se relajaran hasta el punto que estuviéramos ante la misma historia vivida en la zona del Estrecho de Gibraltar.
Pensamos que queda todavía mucho por desmontar y controlar pero harán falta otras medidas y algún órgano de coordinación porque estas telarañas mafiosas se reproducen con mucha facilidad.
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