En él el CGE ha mantenido en el 3,9% sus previsiones para el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español este año, si bien ha situado sus estimaciones para la tasa media anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) en el 7,1%.
Así se desprende de su ‘Observatorio Financiero y Claves económicas’ correspondientes al primer cuatrimestre de 2022, presentado este jueves por el presidente del CGE, Valentín Pich, quien ha urgido a impulsar un pacto de rentas en el que «todos» arrimen el hombro: empresas, trabajadores, pensionistas y administraciones.
El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, ha explicado que el informe del Observatorio Financiero incluirá a partir de ahora un nuevo apartado titulado “CLAVES ECONÓMICAS” –que se presenta hoy por primera vez– en el que desde el Servicio de Estudios del CGE se identifican y analizan aquellos aspectos que han tenido una mayor relevancia e incidencia en la economía española durante el cuatrimestre anterior, explorando algunas vías que ayuden a comprender los asuntos que se abordan y que puedan coadyuvar en la mejora de las perspectivas económicas de nuestro país.
En este sentido, Pich ha manifestado que “la situación de incertidumbre que estamos viviendo por los acontecimientos geopolíticos, con la guerra de Ucrania, los problemas de oferta ocasionados por la cadenas de suministros, los brotes del COVID… hacen que tengamos que hacer un seguimiento continuo y profundo de la situación inflacionista de la economía y sus consecuencias para el país”. Para el presidente de los economistas, “aunque el crecimiento previsto para España para este año sea superior al de la media de países de la zona euro, no podemos olvidar que aún nos queda por recuperar un 3,4% del PIB que hemos perdido durante la pandemia y que es probable que no lo hagamos hasta finales del año que viene, mientras que algunos países como Francia y Holanda ya lo han hecho, y otros, como Alemania o Italia, están en vías de hacerlo durante este ejercicio”.
Durante la presentación del Observatorio Financiero, Antonio Pedraza, quien ha hecho un resumen del informe, ha manifestado que “la situación es preocupante; el déficit estructural que tenemos del 4% hace necesario un control eficiente del gasto, que actualmente crece por encima del PIB. Esto contrasta con las medidas adoptadas esta semana en relación a la oferta de empleo público. Sin embargo, se echan de menos incentivos al sector privado, que en muchos casos, sobre todos las pymes, se han visto muy afectadas por el incremento del coste de la energía y también por el aumento de salarios –como consecuencia de incremento de salario mínimo interprofesional– y se han visto obligadas a trasladar esos incrementos a sus precios”. “Ya veníamos avisando del peligro de que se desencadenase una espiral inflacionista, a la vista de la evolución de la inflación subyacente, afectando al consumo y a la inversión”, ha señalado Pedraza.
En relación a la política monetaria del BCE, la coordinadora del Observatorio, Montserrat Casanovas, ha indicado que “el BCE ya ha anunciado el cambio en la política monetaria, primero con el fin de las compras de activos en junio de 2022 y con subidas de los tipos de interés, hasta poner los tipos en positivo a final del tercer trimestre. Ya se empieza a visualizar los efectos de estos cambios, con el incremento del coste de financiación y el impacto en los mercados financieros, especialmente en los de renta fija. Los tipos de interés de la facilidad de depósito está previsto que se modifiquen inicialmente del – 0,50% actual al -0,25% y en una segunda fase al 0%. El objetivo del BCE es que no se produzca una cronificación preocupante de la inflación y se mantenga entorno al 2% – 3% a largo plazo, a día de hoy muy lejano dado que en abril se ha situado en el 7,4%”.
A tenor de las previsiones contenidas en el Observatorio, el también coordinador del mismo, Salustiano Velo, ha manifestado que “esperamos que en el segundo y tercer trimestre la reactivación del turismo sirva de empuje a la economía y se dinamicen determinados sectores, que hasta ahora han estado aletargados. Sin embargo, las incertidumbres geopolíticas y sanitarias nos hacen mantener una estimación prudente. Aunque en los primeros meses del año parece que no ha aumentado el riesgo de insolvencias, el Banco de España sí ha avisado de que la ralentización en la recuperación de la actividad económica puede ocasionar riesgo en la calidad crediticia de los sectores más vulnerables, tanto en hogares como en empresas.”
El director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín, ha resaltado que “es un hecho que las expectativas que nos trasladaban los índices adelantados son peores para la situación futura que la presente. Como conclusión general, se podría colegir que el comportamiento del conjunto de índices adelantados que hemos marcado como más relevantes para este período (PMI –manufacturero y compuesto–, Índice de confianza del consumidor –nacional y europeo–, Balty Dry Index, TTF o VIX, entre otros) nos presentan un peor panorama a futuro, en parte influenciado por algunas de las claves que nos han marcado el cuatrimestre, concretamente los efectos colaterales de la invasión Rusa, la inflación generalizada –y especialmente intensa en España– , así como la no concreción de las necesarias reformas e impulsos claves para nuestra economía, como son el pacto de rentas, la ejecución de los fondos europeos, los efectos reales de la reforma del empleo o la nueva política monetaria”. Para Marín, “la tendencia de recuperación se ha visto interrumpida de manera más severa sobre las expectativas fundamentales del mercado, con el consiguiente efecto rebote sobre los denominados índices retrospectivos (PIB, deuda, etc.) resaltados en los puntos anteriores”. “Esta situación descrita debe mantenernos en alerta, pues como también se pone de manifiesto a través del World Competitiveness Index, ya veníamos de una desaceleración en nuestra competitividad. Concretamente, España habría perdido tres posiciones en 2021 con respecto a 2020, de la 36 a la 39 de 64 economías”, ha señalado.
Del informe del Observatorio Financiero y Claves Económicas relativo al primer cuatrimestre de 2022, cabe resaltar lo siguiente:
INDICADORES ECONÓMICOS
La Comisión Europea ha puesto de manifiesto la ralentización del crecimiento, revisando a la baja las previsiones para 2022, tanto para la zona euro como para el conjunto de la UE hasta el 2,7%. En el caso de España, ha rebajado la previsión de crecimiento hasta 4%.
El PIB español se ha incrementado en el primer trimestre, según los datos adelantados por el INE, un 0,3%, 6,4% en tasa interanual.
La tasa de variación anual del IPC del mes de abril se ha situado en el 8,3%, y la inflación subyacente en el 4,4%. El IPC de la eurozona se ha situado en el 7,4%.
En el primer trimestre, se refleja la recuperación del empleo, creciendo el empleo equivalente a tiempo completo un 5,3% en tasa interanual. La tasa de paro, según la EPA, bajó dos décimas hasta el 13,2%. La cifra de afiliados a la Seguridad Social ha creciendo el 5,2% interanual en abril.
La deuda pública, según el avance de datos del Banco de España, a 31 de marzo, se situó en el 117,7%.
El déficit estructural se sitúa en el 4%, lo que aporta vulnerabilidad a nuestra economía.
En este escenario, las PREVISIONES de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas para 2022 son:
CUENTAS FINANCIERAS
A 31 de diciembre de 2021, la deuda bruta de los sectores no financieros representaba el 318,6% del PIB.
La riqueza financiera neta de los hogares se situó en 1.924,6 miles de millones de euros a finales de 2021. Los activos financieros de los hogares e ISFLSH se incrementaron un 9,4% hasta alcanzar los 2.484,1 miles de millones, fundamentalmente participaciones en fondos de inversión (+12,04% interanual).
La capacidad de financiación de la economía española frente al resto del mundo es de 22.400 millones de euros, acumulados al último dato publicado en febrero de 2022, un aumento que se explica por el mayor saldo de intercambios exteriores de bienes y servicios.
TIPOS DE CAMBIO Y COTIZACIONES MATERIAS PRIMAS, PETRÓLEO E ÍNDICES BURSÁTILES
Los principales índices bursátiles europeos han registrado caídas desde el inicio de año: -9,1% el DAX alemán,
-8,8 Eurostoxx 50, -8% el MIB italiano, -6,5% el CAC 40 de París. El IBEX español ha tenido una caída más moderada, 2,4%. Por el contrario, el FTSE 100 de Reino Unido ha tenido un incremento del 1,9% en euros.
El precio del barril de Brent ha pasado de 64,8 dólares por barril en abril de 2021 a 104,6 dólares en abril de 2022. En el caso de los alimentos, la subida interanual ha sido del 26,5%, mientras que en el caso de los metales básicos ha sido del 19,7% y otras materias primas del 28,4%.
La cotización del oro se ha incrementado en abril un 10% respecto al año anterior.
En el mercado de divisas, el euro se ha depreciado con respecto al dólar el 9,7%, y 3,3% frente a la libra esterlina. Se ha apreciado 4,7% frente al yen.
TIPOS DE INTERÉS EN LOS MERCADOS INTERBANCARIOS Y EN LOS MERCADOS DE DEUDA
Los riesgos de carácter financiero más relevantes continúan siendo los de mercado y los de liquidez, debido a la pérdida de impulso de la recuperación económica y a las expectativas de inflación, que pueden seguir presionando a la baja las rentabilidades de los activos de deuda de la mayoría de las economías avanzadas y aumentando la volatilidad de los mercados financieros.
En los mercados secundarios de deuda en abril, la rentabilidad del bono español a diez años se ha situado en el 1,69%, mientras que el bono alemán se situó en el 0,75%, con lo que el diferencial España-Alemania se situó en 94 p.b. El aumento de la prima de riesgo ha sido más intenso en Portugal e Italia.
Según la CNMV, el indicador de estrés de los mercados financieros españoles ha subido hasta alcanzar un valor de 0,37 en abril, siendo el segmento de renta fija el que mostraba el mayor nivel de estrés.
INDICADORES DE POLÍTICA MONETARIA
El BCE mantiene ha anunciado su decisión de normalización monetaria, primero con el fin de las compras de activos en junio de 2022 y, posteriormente, con posibles subidas de los tipos de interés tal como está sucediendo en economías de referencia como EEUU o Reino Unido. Este cambio en la política del BCE tendrá como consecuencia el encarecimiento de la financiación, con su efecto inmediato en el déficit.
El agregado monetario amplio M3 de la zona euro disminuyó hasta el 6,3% interanual en marzo de 2022, mientras que en el caso de España se incrementó un 6,3% interanual.
El crédito otorgado a las Administraciones Públicas ha crecido en marzo en tasa interanual el 7,84%, mientras que el crédito concedido al sector privado ha experimentado un aumento del 3,8%.
El balance consolidado del Banco de España ha sido en abril de 902 mil millones de euros, un aumento interanual del 14,03%.
CRÉDITO Y OTROS INDICADORES DE LAS ENTIDADES FINANCIERAS
El freno observado en la recuperación de la actividad económica puede ocasionar, a juicio del Banco de España, riesgo en la calidad crediticia de los sectores más vulnerables, tanto en hogares como en empresas.
La dudosidad registró una tasa del 4,7% para el conjunto de las actividades productivas (-0,3 p.p. interanual).
Para el conjunto del sector privado los tipos de interés sintéticos de las nuevas operaciones en marzo se fijan en el 2,32% (-0,2 p.p. interanual). En los créditos solicitados por los hogares, el tipo medio para vivienda alcanza el 1,62%, y para el consumo el 7,57%.
ÍNDICES ADELANTADOS Y OTROS INDICADORES
Un indicador como el Economic Sentiment Index –se elabora mediante encuesta tanto para consumidores como para productores de empresas– presentaba hasta febrero una tendencia creciente, con valores superiores a 100, llegando en febrero a 111,7, para descender en abril hasta los 100,2. Este cambio de tendencia es consistente con la evolución descrita por el lado productor en los PMI, y por el lado del consumidor en el ICC. Las causas de esta evolución podríamos encontrarlas en la evidencia de que el repunte de la inflación no es puntual y en los desequilibrios causados por la guerra en Ucrania.
Las consecuencias propias de la invasión de Ucrania por Rusia, junto con las sanciones impuestas al invasor, están en el origen de que las importaciones de gas y petróleo de la UE –y también de España, a pesar de la poca dependencia comercial de Rusia que teníamos– se estén reorientando, a pasos agigantados, hacia América.
El PMI Compuesto recuperaba en febrero con fuerza casi 10 puntos, llegando a los 56,5; bajó en marzo hasta los 53,1, en línea con el resto de los indicadores; y se recuperó ligeramente en abril (55,7)
El indicador de Economic Sentiment (zona euro) cae en abril sustancialmente hasta los 105 puntos, superando en casi 5 puntos la ratio de España. La volatilidad que se manifiesta en el VIX recorre un camino al alza, y los precios en el comercio marítimo recogidos por el Baltic Dry Index siguen muy tensionados.
Los precios del TTF reflejan un leve relajamiento en abril, después de un duro cuatrimestre, pero dadas las cifras que aún traslada no se puede decir que exista una clara tendencia a la baja en el precio del gas.
En 2021 retrocedimos de la posición 36 a la 39 en cuanto al ranking del World Competitiveness Index.
CLAVES ECONÓMICAS DEL CUATRIMESTRE
Sin duda, la invasión de Ucrania por Rusia ha marcado la agenda política y económica del cuatrimestre. Los efectos de la guerra –desabastecimiento, inflación y menor crecimiento– se están notando en toda Europa y, aunque España tenga menos relaciones comerciales con estos países que nuestros socios de la UE, también sufriremos esas consecuencias negativas. La inflación, avivada por el precio de los productos energéticos y de los alimentos, ha impactado con fuerza en nuestro país, alcanzando el 8,4% interanual en abril y, lo que es más preocupante, el 4,4% en la subyacente.
Mercado de trabajo, crecimiento económico, política monetaria y pacto de rentas son los otros ejes por los que ha gravitado el cuatrimestre. De ellos podemos destacar la necesidad de reconfirmar el comportamiento del empleo y los posibles efectos de las reformas; la constatación de que el crecimiento se desacelera; que la nueva política monetaria afectará a las empresas y la administración, pero también a las familias; y, en relación al pacto de rentas, que parece necesario que se produzca para que la inflación no se prolongue a medio plazo, pero que para que realmente sea efectivo deberían involucrarse, además de a empresarios y trabajadores, a las administraciones públicas, empleados públicos y pensionistas.
Por último, el mercado de la vivienda presenta signos de calentamiento, por lo que se hace necesario diagnosticar los factores que lo producen –tipos de interés, inflación, ahorro durante la pandemia, refugio ante la incertidumbre económica, etc. – y su posible evolución, para poder evitar la formación de una nueva burbuja.
No obstante, advierten que los índices adelantados observados (PMI, ICC, Balty Dry Index, TTF o VIX, entre otros) arrojan un velo de incertidumbre sobre la evolución de nuestra economía en los meses de verano.
La tasa de variación anual del IPC del mes de abril se ha situado en el 8,3%, nueve décimas más que en la eurozona. La tasa anual de la inflación subyacente se ha situado en el 4,4%, la más alta desde 1995.
El déficit estructural se sitúa en el 4%, lo que aporta mayor vulnerabilidad a nuestra economía y pone en peligro la consolidación fiscal y el crecimiento futuro.
El BCE ha anunciado su decisión de normalizar la política monetaria, primero con el fin de las compras de activos en junio de 2022, y con subidas de los tipos de interés hasta ponerlos en positivo al final de tercer trimestre.
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