Los contratos laborales son el primer escalón en la adquisición de competencias en el ámbito del trabajo. Un contrato de trabajo es un acuerdo entre la empresa y la persona trabajadora, por el que esta última se obliga, de forma voluntaria, a prestar determinados servicios por cuenta de la empresa y bajo su dirección, a cambio de una remuneración o sueldo.

Tras la reforma laboral de este año se han reducido los contratos temporales y ha aumentado el trabajo indefinido. Con esta modalidad, evitas la precariedad y puedes desarrollar tu carrera profesional, pero también consolidar tu crecimiento personal.

Evitar la precariedad laboral empieza con la información. Una persona trabajadora debe conocer la realidad laboral cambiante. Para ello, puedes consultar las páginas oficiales donde se actualiza la normativa respecto a convenios colectivos, jornadas laborales, salarios mínimos interprofesionales o permisos por baja médica.

Un mundo sostenible se cimenta en unas relaciones laborales justas, como recoge la Constitución Española en el artículo 35, donde se expone que el trabajo es un derecho para todos y todas.

Contratos de trabajo para jóvenes

Los tipos de contratos que puedes encontrar en el mercado laboral

Uno de los tipos de contrato que te pueden hacer es el modelo de contrato indefinido. Presenta la ventaja de que no establece un límite de tiempo o de finalización de la prestación de los servicios profesionales. Además el despido, en caso de que se diera esa situación, implica una indemnización. Es decir, deberían compensarte por dejarte sin empleo con 20, 33 o 45 días por año trabajado. Esta cifra depende del tipo de despido. Los principales tipos de despidos que existen son los siguientes:

Otros tipos de contrato que te van a proponer las empresas son los que tienen que ver con los procesos de aprendizaje. Pueden materializarse en un contrato formativo o bien definirse como prácticas profesionales. Estas han de estar orientadas a consolidar los conocimientos con un periodo de trabajo real.

Recuerda que cuando comienzas a trabajar no solo aprendes las rutinas e información propias del puesto, sino que sobre todo practicas las relaciones laborales. Va a aprender a solicitar tus vacaciones, a reclamar los días que te correspondan, así como a defender tu horario, en el caso de que la empresa para la que trabajes no lo respete.

Estas cuestiones van a depender de tus contratos y la relación con la empresa. Te recomendamos que leas sobre estos temas para poder adaptar tus dudas a las circunstancias laborales en las que te encuentres: