A la hora de reformar un vehículo industrial para modificar su uso (cambio de caja de carga, instalación de grúas, plataformas, equipos de frío…) es necesario cumplir un marco normativo cada día más complejo. De acuerdo al Real Decreto 866/2010 y al Manual de Reformas que lo desarrolla, la realización de una reforma de un vehículo implica la correspondiente tramitación que incluye una inspección técnica del vehículo reformado en una estación ITV.
Dentro de las redes de ITVs la realización de estas inspecciones por reformas de vehículos industriales supone un porcentaje mínimo, inferior al 0,5% del total de vehículos inspeccionados, que en su gran mayoría se corresponde con inspecciones periódicas de turismos.
Por el contrario, para las empresas carroceras andaluzas, agrupadas en la Asociación Andaluza de Empresas Fabricantes de Carrocerías y Remolques para Vehículos Industriales y de Empresas Fabricantes de Remolques Agrícolas, ANFACAR (integrada en la Federación de Empresarios del Metal, FEDEME), la realización de estas reformas en vehículos constituye un elemento central de su actividad, suponiendo un porcentaje muy elevado de su facturación.
La ejecución correcta y ágil de la tramitación de las mencionadas reformas, que no puede comenzar hasta que el vehículo está terminado, repercute favorablemente en sus clientes, implicando menores plazos de entrega de los vehículos reformados. Para ello, es fundamental una eficaz coordinación entre los diferentes agentes implicados en dicha tramitación: carroceros, proyectistas, fabricantes de vehículos, servicios técnicos de reforma, ITVs
Como consecuencia de lo anterior, desde la constitución de ANFACAR en el año 2008 se ha buscado la máxima coordinación con VEIASA, la empresa gestora de las ITVs en Andalucía, en lo relativo a la tramitación de las reformas de vehículos, si bien desde ANFACAR se detectan importante carencias que deberían ser solucionadas.
Entre ellas cabe mencionar la carencia de personal técnico que implica la lentitud en la revisión de la documentación y demora en la obtención de citas para inspección
o la imposibilidad de realizar las gestiones administrativas con las ITVs por medios electrónicos, siendo necesario el uso de documentación en papel; así como la disparidad en la aplicación de criterios técnicos, fruto de una marco normativo en constante cambio y desarrollo.
A juicio de ANFACAR, solventar estas deficiencias conllevaría indudablemente un aumento de la competitividad de las empresas andaluzas de este sector industrial, que en 2015 generó una facturación superior a los 50 millones de euros, empleando a más de 1.000 personas.
El sector de los carroceros y remolqueros de Andalucía comprende a una serie de empresas del sector del metal, dedicadas al completado de los vehículos industriales y/o fabricación de remolques adaptándolas a un uso profesional como: camiones basculantes, portacoches, ambulancias, furgones frigoríficos, vehículos de bomberos, remolques agrícolas y otras máquinas agrícolas remolcadas, etc.
ANFACAR nace en el año 2008 en el seno de FEDEME, con el firme objetivo de defender los intereses empresariales de este colectivo distribuido por todas las provincias de Andalucía. Las empresas asociadas a ANFACAR son fabricantes autorizados con la necesaria conformidad de producción, algo indispensable a la hora de fabricar y/o completar un vehículo y sus remolques.
Para la Asociación Andaluza de Empresas Fabricantes de Carrocerías y Remolques para Vehículos Industriales y de Empresas Fabricantes de Remolques Agrícolas, ANFACAR, la agilización de estos trámites implicaría un aumento de la competitividad de las empresas andaluzas de este sector industrial, que en 2015 generó una facturación superior a los 50 millones de euros, empleando a más de 1.000 personas.
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