UPA Andalucía señala a la importación y la especulación como las culpables de la caída del precio de la almendra

No ha empezado con buen pie la campaña de recolección de la almendra. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA Andalucía) culpabiliza como causantes de este mal comienzo a las importaciones procedentes de California y la especulación existente en el sector, situación que se viene arrastrando desde la pasada campaña.

Los precios en origen que se pagan al agricultor no están cubriendo ni tan siquiera costes de producción, fundamentalmente en el almendro tradicional, el mayoritario en Andalucía. No se perciben precios dignos y razonables, y esta cuestión está generando “una situación de enorme incertidumbre y preocupación en el sector”, afirma Miguel Cobos, secretario general de la organización.

Debemos recordar que “el sistema de cultivo tradicional de la almendra es el que contribuye a fijar población en el medio rural y evitar su despoblamiento al crear empleo y riqueza, además del papel medioambiental que cumple en zonas áridas de la costa mediterránea”, arguye Cobos.

La evolución de los precios de la almendra en el mercado interior depende en gran medida de lo que suceda en los exteriores y fundamentalmente de lo que pase en California, que es la principal región productora del mundo. El precio en España se sitúa en estos momentos en torno a los 3 €/kg de grano, a excepción de la ecológica (la única al alza) que recibe cotizaciones que rondan los 7- 8 €/kg de grano. El año pasado por estas fechas el precio rondaba los 5 €/kg de grano, lo que se traduce en una merma de los precios en origen del 40%, insostenibles para el sector.

UPA Andalucía considera que las importaciones masivas de almendra californiana, una almendra más productiva y con menores costes, están inundando nuestro país y haciendo que el precio de la almendra autóctona caiga estrepitosamente, arruinando a miles de explotaciones agrarias y avocándolas a la desaparición en las zonas más desfavorecidas. El consumidor debería conocer también, indica Miguel Cobos, “que la almendra californiana es una almendra de peor calidad que la española, y que además trae consigo la aplicación de unos productos fitosanitarios que en nuestro país no están permitidos”.

Por otro lado, desde UPA Andalucía critican la opacidad con la que se determinan los precios de la almendra y la falta de control de esta cuestión por parte de las administraciones, lo que deja desamparados a los productores y sin que se haga una aplicación efectiva de los cambios introducidos en la Ley de la Cadena Alimentaria, ante un mercado controlado por un pequeño grupo de operadores que especulan a su antojo.

En UPA Andalucía, explica el secretario general de UPA, “no entendemos esta caída especulativa del precio de la almendra que no es de ahora, sino que comenzó la campaña pasada. Y no lo entendemos porque somos un país deficitario de almendra. Esto quiere decir que consumimos más almendra de la que producimos. Según los datos del INC (International Nut & Dried Fruit Council), la producción media española de almendra de las últimas cinco campañas ha estado en torno a las 63.606 toneladas de almendra grano, mientras que el consumo lo cifra en unas 73.130 toneladas”.

A las cuestiones de las importaciones y la especulación, se le suma la situación de pandemia por la COVID-19 que el sector está soportando y que está produciendo también una disminución del consumo de almendra, fundamentalmente debido al cierre del canal HORECA y el consumo que de este producto se hacía en la enorme variedad de ferias y festejos que deberían haber tenido lugar a lo largo de nuestra geografía y no se han celebrado por la incidencia del coronavirus.

Para revertir la situación crítica que está padeciendo el sector de la almendra, desde UPA Andalucía proponen la aplicación inmediata de las siguientes medidas: que los agricultores perciban unos precios justos y razonables que cubran al menos los costes de producción, y para ello, se debe cumplir escrupulosamente la nueva Ley de la Cadena Alimentaria (es obligatoria la existencia de contratos entre compradores y productores, y que se reflejen unos precios que cubran esos costes de producción). Que se recupere la ayuda nacional de frutos cáscara, y mantener y potenciar la ayuda asociada al cultivo. Crear ecoesquemas que favorezcan al almendro tradicional. Y allí donde haya disponibilidad de agua y tierra, puesta en marcha de un plan de reconversión del cultivo.

Además de esto, las administraciones competentes deben vigilar al reducido grupo de operadores, y dotar de trasparencia a la formación de los precios de la almendra y a los mecanismos de determinación de estos en las lonjas. Finalmente, UPA Andalucía solicita la puesta en marcha de medidas de tipo fiscal para ayudar a superar la crisis que padece el sector, y habilitar ayudas para paliar la situación de crisis sanitaria por la COVID-19.

 

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