
UPA Andalucía ha criticado a través de nota de prensa la actual Política Agraria Común (PAC), la cual sigue permitiendo una agricultura y ganadería basada en la propiedad de la tierra y no en la actividad agraria propiamente dicha. Esta situación artificial está consintiendo que, aproximadamente el 80% de las ayudas de la PAC, se las reparten tan solo el 20% de los productores, lo que a todas luces resulta tremendamente injusto y antisocial.
La organización agraria ha querido subrayar que este escenario se podría delimitar con los instrumentos que sí permite la PAC actual, pero la cuestión es que “hay una clara falta de voluntad por parte de las administraciones públicas para hacerlo”, aducen desde UPA Andalucía. Los Reglamentos comunitarios sí permiten limitar los pagos a los agricultores para evitar que sean excesivos, y emplear mecanismos para que el reparto sea más equilibrado, pero sin embargo y hasta el momento, estas medidas no se han aplicado en España.
Por el contrario, con el argumento de “redistribuir” mejor las ayudas, el Ministerio de Agricultura ha optado -erróneamente en opinión de UPA Andalucía- por aplicar una convergencia brusca en el valor de los derechos de pago básico dentro de cada región.
Esta convergencia brusca no redistribuye renta, sino todo lo contrario, va a causar un claro perjuicio a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos. Productores con pocos derechos, pero de alto valor, y que son los que realizan inversiones en modernizaciones constantes en sus explotaciones agrarias para producir más y mejor, generando economía y empleo, y por tanto riqueza en el entorno de su territorio, que verán como sus importes disminuyen en favor de las grandes explotaciones con mucha superficie e importes de pago por hectárea menores.
Para combatir esta injusticia constante a la que se somete a las pequeñas y medianas explotaciones agrarias familiares, es por lo que UPA Andalucía reclama el diseño de una PAC más justa y mejor distribuida, bajo criterios de tamaño, trabajo y territorio de la explotación. Para ello se necesita que se contemplen en España cuatro premisas fundamentales: el mantenimiento de los derechos y regiones, la definición de agricultor activo, los pagos redistributivos, y las ayudas asociadas.
Consideramos que el sistema de pagos directos basado en derechos y regiones permite una mejor adaptación a las características agrarias y ambientales de nuestro territorio. Al permitir su mantenimiento se aporta estabilidad a los agricultores, evitando que se produzcan trasvases significativos de fondos entre agricultores y tipos de cultivo.
El actual sistema de 50 regiones puede y debe seguir siendo una manera de atender la diversidad de nuestra agricultura y ganadería.
Debemos seguir avanzando en la convergencia entre los agricultores de una misma región productiva, pero para limitar las pérdidas de unas pocas explotaciones que cuentan con una estructura muy determinada, se debe tener en cuenta el establecimiento del límite de pérdidas del 30% que establece el reglamento para todo el periodo. No hay que olvidar que el cheque que viene a España proviene de los pagos históricos de los agricultores y ganaderos, y es un sinsentido que nos asignen unos fondos que han sido generados por unos determinados productores, para que terminen en el bolsillo de otros que no los han concebido.
La figura del agricultor genuino es un concepto que ya recoge la reglamentación europea para definir a los agricultores y ganaderos que pueden recibir ayudas PAC. Este concepto se basa en el porcentaje de ingresos agrarios frente a la renta total de cara a que la actividad agraria sea una parte importante de la actividad del solicitante PAC. Desde UPA Andalucía defienden que ese porcentaje sea del 20%, siempre y cuando se tenga en cuenta a los pequeños agricultores y ganaderos pluriactivos, que por sus reducidos ingresos se ven obligados a realizar diversas actividades, y en tales casos no debería aplicarse ningún porcentaje.
Concretamente, la organización agraria considera que productores con ayudas directas de la PAC superiores a 5.000 €, tendrían que cumplir que su renta agraria sea al menos de ese 20% de su renta total, para evitar que grandes poseedores de tierras sin actividad agraria, o que no sea significativa, reciban la mayor parte de las ayudas PAC. Por el contrario, es necesario tener en cuenta la importancia de la agricultura pluriactiva o a tiempo parcial, exceptuando por tanto de este criterio a aquellos beneficiarios que reciban menos de 5.000 € de ayudas directas, con el objetivo de luchar contra el abandono del medio rural.
Los pagos redistributivos son la incorporación más novedosa de la PAC y UPA Andalucía cree que debe ser el principal mecanismo de compensación de rentas para los pequeños y medianos agricultores, principalmente para la agricultura familiar ligada a la tierra. Esas ayudas deben de tener su origen, por un lado, destinando un 10% del presupuesto PAC para tal fin (unos 500 millones de euros), y por otro, con los fondos que se detraigan de los techos en las ayudas y de los pagos decrecientes.
El presupuesto de estos pagos redistributivos debería ir orientado a estas pequeñas y medianas explotaciones, en base a criterios como las Unidades de Trabajo Agrario (UTAs) que produzcan, la situación que tengan en el territorio, el nivel de mecanización, el nivel de pendiente del terreno, el tipo de cultivo, o el empleo que generan. La idea es ayudar en mayor medida a aquellas explotaciones que más lo necesitan, con la finalidad de hacerlas viables y que no desaparezcan.
Por último, y no por ello menos importante, las ayudas asociadas también son clave. En este apartado, la organización agraria apuesta por que se siga ayudando a la ganadería, fundamentalmente al ovino y caprino. Además, consideran que deben introducirse nuevos sectores de producciones tradicionales que son susceptibles de percibir estas ayudas y que hoy por hoy no se contemplan. Estos sectores serían: el olivar tradicional, de sierra, con alta pendiente, con bajas producciones o con altos costes; otros como la uva pasa; o el almendro tradicional de secano de zonas desfavorecidas, áridas y con tierras poco fértiles. Estos sectores contribuyen al desarrollo rural y a fijar la población al territorio, constituyendo un elemento fundamental en la economía de las zonas rurales donde se ubican.
La PAC actual permite una agricultura y ganadería basadas en la propiedad y no en la actividad agraria, perpetuando a los grandes terratenientes sin apenas actividad
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