Andalucía cuenta con un total de once robots Da Vinci para el abordaje de cirugías complejas, dos de ellos en Huelva. Actualmente, todas las provincias de la comunidad autónoma disponen de uno de estos equipamientos de última generación, que realizan, fundamentalmente, intervenciones urológicas, ginecológicas, cardiacas, de recto, torácicas o extracciones de órganos para trasplantes. En total, en 2023 se realizaron más de 1.872 procedimientos con cirugía robótica, 407 más que en 2022.
Por especialidad, han sido 859 las intervenciones de Urología; 494 de Cirugía General; 260 de Ginecología; 163 de Cirugía Torácica; 43 en Neurocirugía; 35 en Otorrinolaringología; 16 en Cirugía Pediátrica, y una de Cirugía Maxilofacial.
Desde 2019, la Consejería de Salud y Consumo ha incorporado un total de ocho nuevos robots, sustituyendo a los anteriores, y se han puesto en marcha dos en Huelva y Jaén, donde no existían. De hecho, en Huelva se instaló en septiembre de 2023. Hasta entonces, la comunidad autónoma sólo contaba con seis de estos equipos, algunos de ellos, entonces, pendientes de renovación.
El sistema Da Vinci es un equipo que permite que el cirujano opere con las mismas sensaciones que proporciona la cirugía abierta, potenciando las ventajas de la laparoscopia y otras técnicas de microcirugía, ganando en precisión.
El cirujano maneja la tecnología a distancia desde una consola telerrobótica. Gracias a la alta precisión de los cuatro brazos quirúrgicos con los que cuenta el robot y que reproducen fielmente cada uno de sus movimientos a tiempo real, el cirujano puede ejecutar tareas delicadas en espacios reducidos.
El campo quirúrgico se ve desde una panorámica tridimensional, integrando imágenes de alta resolución y magnificación de hasta 10-15 veces aumentos de campo operatorio. De igual modo, el robot es capaz de verificar cada movimiento 1.500 veces por segundo. Este cuenta con consola de cirujano, carro robotizado, instrumentos quirúrgicos y torre. La consola telerrobótica es el espacio donde se encuentra ergonómicamente sentado el cirujano para manipular a distancia el robot quirúrgico.
El cirujano gobierna el robot a través de controles (mandos y pedales) localizados en un espacio virtual en 3D que permite que, cuando se accionan, se digitalice la información para ser transmitida a los brazos del robot, que reproducen fielmente y con alta precisión los movimientos de las manos del cirujano en el campo quirúrgico a tiempo real.
Esta característica supone un importante salto cualitativo si tenemos en cuenta que la cirugía implica movimientos rápidos y delicados para su ejecución. El cirujano opera visualizando una panorámica tridimensional de la zona que está siendo intervenida con imágenes de alta resolución y ampliadas hasta 10 y 15 veces, lo que permite observar la zona en la que se está trabajando con gran nitidez.
El carro robotizado, situado junto a la mesa de quirófano, está dotado de cuatro brazos electromecánicos provistos de los instrumentos necesarios para llevar a cabo cada operación. Uno de ellos porta las luces y una cámara de vídeo con dos imágenes de doble canal que se funden y dan una imagen estereoscópica tridimensional, permitiendo que el cirujano cambie, mueva, enfoque y rote con facilidad su campo visual. Otros dos brazos sostienen el instrumental y el cuarto incorpora un instrumento para realizar tareas adicionales como la
Beneficios del robot Da Vinci
Entre las ventajas que el uso de esta tecnología tiene para el paciente destaca que realiza incisiones y cicatrices más pequeñas, lo que ocasiona menor dolor y más comodidad, requiere un menor uso de analgesia y menor pérdida de sangre, con lo que se reduce la necesidad de transfusiones, y reduce el riesgo de infección. Además, reduce el tiempo de recuperación y postoperatorio con estancias hospitalarias más cortas.
A estas se suman las potencialidades que aporta el robot quirúrgico al cirujano, en tanto le muestra una imagen de alta definición y tridimensional de la zona sobre la que está trabajando, realiza movimientos finos y muy precisos, gracias a la sensación táctil que tiene el cirujano y a que existe una coordinación natural ojos-mano a tiempo real.
Otra de las ventajas del robot quirúrgico estriba en que permite seleccionar el ángulo de visión y utilizar el zoom para acercar o alejar la imagen. La consola desde la que opera el cirujano tiene un sensor de infrarrojos que activa los controles maestros cuando detecta la presencia de la cabeza del cirujano. El visor está compuesto por dos canales ópticos a modo de prismático que funden la imagen, aportando así la percepción de fondo y profundidad.
Iavante
Iavante de la Fundación Progreso y Salud, ha realizado, desde 2022, once cursos de entrenamiento con robot Da Vinci del que se han beneficiado un total de 53 profesionales. El Centro de Simulación Iavante es el escenario idóneo para entrenar estas competencias, ya que se trata de un centro de referencia nacional en formación sanitara mediante simulación. A través de simuladores robóticos, virtuales, actores y actrices que actúan como pacientes reales, o mediante la simulación quirúrgica experimental y utilizando equipamiento real, los participantes perfeccionan técnicas y abordajes imprescindibles ante estas situaciones. El uso de la metodología de simulación tiene como objetivo poner al profesional en situaciones complejas para el entrenamiento de competencias que requieren destrezas especiales.
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