En España, menos del 15% de los productos en oferta durante Black Friday muestran descuentos reales, según informes recientes, mientras que más del 32% de los precios aumentan previamente para aparentar una rebaja.
Este juego de precios ha generado una creciente desconfianza entre los consumidores, que cuestionan la autenticidad de las promociones y el valor real de las marcas que participan en esta jornada de descuentos masivos.
«La autenticidad y la transparencia son hoy fundamentales para construir relaciones de largo plazo con el consumidor. Marcas que apuestan por alternativas, como no participar en Black Friday, fortalecen su identidad y se alinean con los valores de un consumidor ético y consciente», afirma Olga Llopis, socia directora de Comuniza. Y agrega: «Esta tendencia se refleja en las estrategias de marcas como Minimalism o REI, que se han distanciado del consumo masivo y destacan por su compromiso con el precio justo y el consumo consciente«.
El Black Friday también plantea un reto para el posicionamiento de marca: las empresas que recurren a descuentos masivos pueden desdibujar su propuesta de valor, llevando al consumidor a percibir sus productos solo como accesibles durante rebajas.
Esto afecta la percepción de los precios regulares, que pueden parecer «inflados» o injustificados, especialmente entre los consumidores leales que no siempre reciben los mismos beneficios que los nuevos compradores.
«Los consumidores actuales buscan marcas con una propuesta de valor clara y coherente, y la confianza se construye en la percepción de un precio estable y justo», suma Llopis. Y agrega: «De hecho, las herramientas de seguimiento de precios como CamelCamelCamel y Keepa, que permiten ver el historial de precios y detectar ofertas infladas, han hecho que los consumidores se informen mejor y cuestionen las promociones excesivas».
Con la llegada de un consumidor más informado y consciente, cada vez más marcas optan por estrategias que refuerzan la autenticidad de su identidad.
«Este cambio no solo responde a la demanda de transparencia, sino también a la necesidad de construir una relación de largo plazo basada en la confianza, alejada de las dinámicas de descuentos masivos y alineada con los valores del consumidor actual», cierra la experta en branding.
Durante los últimos años, el Black Friday supone un reto de autenticidad para las marcas, ya que los consumidores valoran cada vez más la coherencia entre el discurso de marca y sus acciones.
«Las marcas que apuestan por una estrategia alternativa refuerzan su identidad, alineándose con un consumidor cada vez más consciente», explica Olga Llopis, socia directora de Comuniza.
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