Las pérdidas derivadas de las mermas en el sector de la industria de alimentación y bebidas en España, cuya facturación asciende a 93.238 millones, se sitúa en una horquilla de entre el 3 y el 7 por ciento; es decir, que, de media, el sector industrial de alimentación y bebidas pierde anualmente por este concepto una cifra de alrededor de 4.700 millones de euros.
A estas cifras hay que sumar la derivada de los costes asociados correspondientes a la mano de obra y al consumo eléctrico que se usan en fabricar productos que acaban en el cubo de la basura. Incorporando estas variables, los valores se mueven entre el 5 y el 11 por ciento. Es decir, que las pérdidas medias en el sector se elevan hasta los 6.500 millones de euros.
Así lo sostiene la multinacional española de software Think&Grow (T&G), para la que estas cifras son muy significativas, si se tiene en cuenta que este segmento supone el 17 por ciento del sector industrial español en número de empresas -28.135 sobre un total de 163.471, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sus datos revelan que el 67 por ciento de las fábricas de este sector en España producen entre un 4% y un 8% más de lo requerido, debido a fallos en sus líneas de producción. Reducir esas pérdidas no sólo pasa por evitar el sobrellenado de envases o asegurar que las etiquetas de los mismos se colocan siempre bien. Junto a esta, hay otras razones que generan mermas millonarias.
La situación cambiaría si las fábricas de alimentación y bebidas monitorizaran en tiempo real sus producciones y pudieran interrumpir de inmediato una línea en la que se ha detectado alguna irregularidad, como la del sobrellenado. Pero la industria de alimentación y bebidas ha sido capaz hasta la fecha de adaptarse a los nuevos tiempos para no quedarse obsoleta en sus sistemas de fabricación ni ver cómo sus homólogos extranjeros le ganaban la partida en los mercados internacionales.
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