La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha lamentado que las filtraciones ayer de los documentos sobre el estado de las negociaciones del TTIP, el acuerdo de libre comercio entre Europa y Estados Unidos confirmen «los peores temores” de la mayor parte de la sociedad europea, ya que la organización cree que dichos documentos revelan perjuicios específicos para la agricultura y ganadería de nuestro continente.
La organización agraria se ha mostrado satisfecha por poder acceder a más información sobre el estado de estas negociaciones que se están tramitando, asegura, con “un gran oscurantismo”. Bajo la excusa de promover el comercio internacional, el objetivo es para UPA “difícilmente disimulable”: homologar a la baja las exigencias normativas en seguridad alimentaria y buenas prácticas de producción para favorecer a las exportaciones norteamericanas en detrimento de las producciones europeas. Como ejemplo, explica que a un ganadero de vacuno de carne europeo le cuesta producir un 97% más que a uno norteamericano, “no por falta de eficiencia, sino por cumplir con las normas”.
En general, UPA ha encontrado que las posiciones de ambos negociadores están muy alejadas en muchos apartados. Los profesionales del campo se han mostrado “apesadumbrados” porque «parece que Europa vuelve a ceder en las materias de agricultura y ganadería para ganar en otras». Según UPA, en los papeles se asegura que “EEUU no hará ninguna concesión en el acceso a mercados de los vehículos a motor, si la UE no rebaja su apoyo a los productos agrícolas”. Por ello, señala que “nos están utilizando como moneda de cambio, al igual que ocurrió en el acuerdo con Marruecos”.
Diferentes normas
Otra cuestión que preocupa a los agricultores y ganaderos es que en varios documentos se asegura que “una parte no puede imponer trabas a productos que se han producido bajo las normas que existen en la otra parte, aunque sean diferentes normas”. Esto preocupa a agricultores y ganaderos, «porque significaría perder el principio de precaución que siempre ha regido en Europa». Según este principio, en Europa no se puede comercializar un producto o servicio hasta que no se ha demostrado que éste no es perjudicial para la salud. Sin embargo, explica la organización, en Estados Unidos actúan al contrario, pues allí pueden comercializar cualquier producto o servicio hasta que se demuestre que es dañino.
Los agricultores españoles manifiestan su temor ante cómo podrían tratarse las figuras de calidad en todos los sectores y en especial en el del vino, sector que según los documentos, interesa especialmente a los negociadores americanos. “La única posibilidad para “frenar esta amenaza es una respuesta política fuerte y unitaria de la Unión Europea, que exige firmeza en los Gobiernos para elevar el tono de unas negociaciones con Estados Unidos de pretendida apariencia técnica, pero con serias amenazas colectivas”, argumenta UPA.
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