
Imaginamos que con todo el dolor de su corazón, los socialistas de Moguer ha sacado a José Manuel Alfaro, tras lo ocurrido en la tramitación de un expediente de personal de su mujer, no sólo de la corporación moguereña sino también de la propia ejecutiva local. Una cascada de pasos que sorprende porque primero fue el cese por la nueva presidenta de la Diputación de todos los cargos en dicho organismo, luego su renuncia como diputado, más tarde la marcha también de la Gestora impuesta por Ferraz en la provincia para echar a todos los ‘susanistas’ y ahora en su propio pueblo.
Destacaba la Ejecutiva moguereña del PSOE que a José Manuel Alfaro le habían llevado a tomar estas decisiones «una actitud responsable y honesta de alguien que quiere lo mejor para su partido y para su pueblo» y considera que lo ocurrido ha sido «una mera discrepancia entre dos departamentos de la Diputación provincial de Huelva, en relación con un procedimiento administrativo en la selección de una plaza de empleo temporal de una persona allegada a él».
Desde luego para ser considerada una «mera discrepancia administrativa» demasiado duro ha sido este lapidar al que ha sido sometido tanto desde un punto de vista orgánico como institucional aunque ahora la Agrupación local del PSOE de Moguer lo considere «un ejemplo de honestidad y buen hacer» y le haya agradecido «su trabajo y dedicación tanto en el partido como en los distintos cargos públicos ejercidos bajo estas siglas,» además de «transmitir a toda su familia un afectuoso abrazo y un mensaje de apoyo y confianza en la gestión cabal de José Manuel Alfaro».
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